¿Por qué la isla de Madeira?
La seguridad que ofrece la isla también ha sido un factor para que los extranjeros se trasladen aquí, sobre todo en los últimos años, cuando el terrorismo ha sido motivo de preocupación en otras partes de Europa o el norte de África. Hay muy poca delincuencia, la mayoría de la gente habla bien inglés y la atención médica es magnífica.
Al pensar en lugares para disfrutar del sol en invierno o en un lugar soleado perfecto para la jubilación, puede que la isla de Madeira no sea el primer lugar que le venga a la mente. Sin embargo, debería estar en su lista si busca un lugar relativamente fácil de alcanzar (está a menos de cuatro horas en avión), con una gran calidad de vida y un alto nivel de servicios.
El clima subtropical de la isla, asentada en el Atlántico frente a la costa occidental de África, es parte del atractivo; y el tiempo es un gran tema en un terreno ondulado donde las condiciones pueden cambiar de un lado a otro de la montaña.
Los templados días de febrero, con temperaturas de 17 o 18 grados, la convierten en un lugar muy atractivo. El estilo de vida al aire libre prevalece, con las terrazas de Funchal repletas de visitantes y lugareños, los numerosos jardines tropicales llenos de flores brillantes y algunas personas incluso en las pequeñas playas de la costa sur.
Aparte de la belleza natural y el clima, lo que atrae a los posibles expatriados es la relajada y amable población local, el excelente nivel de atención sanitaria y el estilo de vida tranquilo. La gente rara vez tiene prisa, hay una increíble selección de pescado fresco y frutas tropicales y bebidas locales muy asequibles, como Madeira.
Si decide ir, es muy probable que le guste. Muchas de las personas que la visitan volverán a ella. La isla tiene la segunda tasa más alta de repetición de visitantes de un centro turístico insular en el mundo (después de Hawai). Es el más alto de Europa, más que el de las Islas Canarias, Malta y Chipre, otros lugares populares para el sol invernal y la jubilación.
Aunque las propiedades en las zonas populares no son tan baratas como las que se pueden encontrar en algunas zonas del sur de Europa, el coste de la vida es muy asequible (90 céntimos por una taza de café, por ejemplo) y las ventajas fiscales que ofrece el Gobierno portugués desde 2009 se han convertido en otro aspecto del atractivo para quienes desean pasar al menos la mitad del año en la isla.
Qué parte de la isla
Los variados patrones meteorológicos y los numerosos microclimas de la isla son constantes, pero si lo que se desea es disfrutar de mucho sol, hay que dirigirse a la costa sur. El norte, más frío, puede ser popular entre los senderistas y el creciente número de corredores de trail que se dirigen a la isla, pero para muchos buscadores de propiedades el tramo entre Prazeres, en el suroeste, y la capital meridional, Funchal, al este, es el lugar ideal.
Zona de Funchal
Funchal es un lugar muy popular entre los lugareños. De hecho, hay una escasez de lugares para alquilar a largo plazo allí debido al apetito por Airbnb entre algunos propietarios, pero no es barato y los precios son los segundos después de la capital de Portugal, Lisboa. Allí se puede conseguir un apartamento de segunda mano por unos 150.000 euros, aunque por uno nuevo se pagarán cerca de 250.000 euros. En Sao Martinho, la zona "noble" de la ciudad, donde se pueden encontrar algunas propiedades más grandes, hay que pagar unos 500.000 euros por un chalet de tres dormitorios con piscina, o hasta 2 millones de euros por uno más grande. "La zona de Forum, al oeste de Funchal, también está muy solicitada, con su propio centro comercial y a sólo cinco minutos en coche del centro. Ofrece algunas propiedades con magníficas vistas al mar. A los compradores alemanes les gustan especialmente Caniço y Garajau".
Costa meridional para los amantes del sol
Antes de que Madeira recibiera subvenciones de la UE para construir túneles a través de sus innumerables picos, las serpenteantes carreteras de montaña hacían que se tardara un par de horas en llegar a algún punto situado a 16 kilómetros de la costa. Pero ahora es posible llegar al lugar más soleado de la isla -la bien llamada Ponta do Sol- en unos 25 minutos desde la capital, lo que significa que es posible disfrutar de la paz y la tranquilidad de la vida rural, pero con todo lo necesario al alcance de la mano. Así pues, los núcleos de Ribeira Brava, Ponta do Sol y Calheta son, al más puro estilo madeirense, los lugares de moda para los compradores.
Entre las laderas alfombradas de plátanos y los campos de caña de azúcar, encontrará una mezcla de casas, desde rústicas fincas hasta grandiosas quintas (granjas), villas de 20 años de antigüedad y casas nuevas sorprendentemente contemporáneas. Con terrazas y piscinas construidas sobre muros de contención, estas casas no son baratas de construir, pero gozan de unas vistas espectaculares del mar y las laderas del valle.
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En Madeira no es habitual que el vendedor de un inmueble conceda la exclusividad a una sola agencia inmobiliaria. De hecho, todas las agencias inmobiliarias registradas pueden vender la propiedad. En la actualidad hay 152 empresas inmobiliarias oficiales en la isla de Madeira y aún más consultores inmobiliarios que trabajan para esas empresas.
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